«TOKEN»: Qué es y para qué sirve
Un token es “una unidad de valor que una organización crea para gobernar su modelo de negocio y dar más poder a sus usuarios para interactuar con sus productos, al tiempo que facilita la distribución y reparto de beneficios entre todos sus accionistas”. Así define William Mougayar, autor del libro ‘The business blockchain’, el nuevo término de la economía digital.
En el mundo digital, emitir moneda es una capacidad que parece ir más allá de los bancos centrales. ‘Bitcoin’ es el mejor ejemplo de cómo desde entornos privados se puede colocar en el mercado, apoyándose en la tecnología blockchain, una moneda virtual, si bien con muchas limitaciones por la falta de un marco jurídico que la regule. Pero ‘bitcoin’ es solo el principio de toda una revolución cuyo segundo paso bien podría ser los ‘tokens‘.
Un ‘token‘ (en inglés, ficha, como por ejemplo las que se utilizan en las máquinas recreativas o los coches de choque) en realidad no es otra cosa que un nuevo término para una unidad de valor emitida por una entidad privada. Un ‘token’ tiene semejanzas con ‘bitcoin’ (tiene un valor aceptado por una comunidad y se fundamenta en blockchain), pero a la vez es un concepto más amplio. Es más que una moneda, ya que tiene más usos. Además, casi todos los ‘tokens’ se asientan sobre el protocolo (de blockchain) Ethereum, más completo, según los expertos, que la blockchain de bitcoin.
NFTs: los ‘tokens’ para el coleccionismo de bienes digitales
Los NFT o ‘tokens’ no fungibles son activos digitales únicos que no se pueden cambiar entre sí, ya que no hay dos iguales. Todo aquello que puede representarse digitalmente tiene el potencial de convertirse en un NFT: de un tuit a un meme pasando por una obra de arte. La criptografía de los ‘tokens’ permite acreditar que el propietario es el único poseedor de la pieza original.
Jack Dorsey vendió hace unas semanas el primer tuit de la historia en forma de ‘token’ no fungible (NFT) por 2,9 millones de dólares. El mensaje, publicado el 21 de marzo de 2006, era «just setting up my twttr» (“solo estoy configurando mi twttr”, en español). La venta de tuits en forma de NFTs ya es una realidad. También hay quienes pagan por memes u obras de arte digital. ¿Pero qué son exactamente los NFTs? ¿Por qué hay gente pagando una fortuna por algo intangible como un tuit, un meme o una reproducción digital de una impresión cuando puede verlo gratis online con la misma facilidad?.
Los NFTs permiten asociar a cualquier objeto virtual un certificado de autenticidad que lo convierte en una pieza única. Enrique Sotomayor, CEO de Kolokium Blockchain Technologies, explica que un NFT es “un ítem digital único e indivisible, que no se consume al usarlo y no puede ser sustituido por otro”. Cuando se quiere crear una representación digital por ejemplo de una obra de arte, “se programa un ‘smart contract’ (o contrato inteligente) que contiene dicha información y también las reglas de cómo se va a someter a las distintas transacciones, en este caso, de compra y venta”.
Los NFT utilizan la misma tecnología que las criptomonedas. Lo que los diferencia, tal y como indica Sotomayor, es la información y las instrucciones que contienen los códigos de dichos contratos inteligentes. “La principal diferencia es que las criptomonedas se pueden consumir y pueden ser sustituidas por otras unidades equivalentes, es decir, son fungibles”, comenta el experto.
En 2020 se vendieron algo más de 400 tuits a través de una plataforma llamada Valuables y se ofrecieron 75.000 dólares en total en esas subastas. Otro ejemplo sería el meme de Nyan Cat, un gato volador animado que deja un rastro de arcoíris y que se vendió en febrero por más de 500.000 dólares. En este contexto, incluso algunos ‘youtubers’ se plantean sacar a la venta su propia colección de NTFs.
Pero el auge del coleccionismo digital no es del todo nuevo. La fiebre comenzó en 2017 con la plataforma CryptoKitties, que permitía a los usuarios comprar y ‘criar’ gatitos con distintas combinaciones de colores y características, con la posibilidad de venderlos posteriormente a otros usuarios. Estos gatos coleccionables “hicieron que operar en la red fuera mucho más caro de lo habitual debido al furor que causaron”.
Poco a poco los artistas digitales se han subido al furor de la primera emisión de ‘tokens’ NFT coleccionables y están creando obras digitales para ser vendidas en exclusiva mediante estos ‘tokens’”, comenta Lage. En muchas ocasiones, según cuenta, los artistas conceden la licencia de explotación de dicha obra digital al poseedor del NFT que la representa. En estos casos, “únicamente un pequeño grupo de poseedores de los ‘tokens’ NFT tienen licencia para usar y reproducir dichos contenidos en diferentes medios”. No obstante, Lage considera que la mayoría de compradores espera que dichas obras y su autor “se hagan famosos algún día para que la obra adquiera un valor, al igual que cualquier coleccionista de arte tradicional hace coleccionando obras y esperando que alguna de ellas multiplique su valor”.
¿Cómo y dónde se compran estos ‘tokens’? Normalmente se hace “a través de plataformas que sirven de interfaz para poder visualizar el contenido de los NFTs”. Según cuenta, en estos espacios se pueden comprar y vender los ‘tokens’ e interactuar a la vez con otros usuarios como si se tratase de una red social. Sotomayor subraya que para intercambiar estos activos se debe disponer de una ‘wallet’. Es decir, “un lugar donde guardar las claves que te dan acceso al NFT que está guardado en una ‘blockchain’”.
Los ‘tokens’ no fungibles podrían traer consigo algunas ventajas. Sotomayor indica que una foto o una canción firmada digitalmente con un certificado digital por su autor, además de conferir autenticidad a ese activo digital, permitiría al artista conocer quién posee sus obras y controlar dónde se publican: “Esto podría solucionar muchos problemas de propiedad intelectual que hay en el mundo de la fotografía y que ahora se intentan evitar con el uso de marcas de agua”.
No obstante, aún es pronto para saber hasta qué punto los NFTs se volverán un fenómeno de masas. Deberemos esperar un tiempo a que termine el ‘hype’ y que los ‘tokens’ NFT sean utilizados para casos concretos en los que realmente se aporte valor más allá del furor de una moda pasajera. Esos usos que perduren serán los que realmente tengan sentido. Ya veremos qué impacto y volumen tienen.
Se trata por tanto de un concepto revolucionario. Pero, ¿qué usos puede llegar a tener?
Dentro de una red privada un ‘token’ puede servir para otorgar un derecho, para pagar por un trabajo o por ceder unos datos, como incentivo, como puerta de entrada a unos servicios extra o a una mejor experiencia de usuario. Un ‘token’ servirá para aquello que la persona u organización que lo diseñe y desarrolle decida. Los ‘tokens’ admiten varias capas de valor en su interior, por lo que es quien lo diseña el que decide qué tiene dentro un ‘token’ concreto.
la ‘tokenización‘ está todavía en una fase prematura. No solo es un problema de ausencia de regulación internacional. Además, “convertir derechos en activos meramente digitales implica un nivel superior de complejidad para los usuarios no tecnólogos”. Pero son escollos soslayables con el tiempo. Por eso la experta en blockchain pronostica que “aquellas prestaciones de servicios basadas en intermediar necesitarán aportar un valor añadido para poder competir con esta tecnología”. Si no lo hacen, dejarán su sitio en la economía digital.
Un ejemplo de ese posible ‘efecto sustitución’ son las llamadas ICOs, o Initial Coin Offerings (Ofertas Iniciales de Moneda). Son una forma de financiación empresarial: en vez de una ronda de financiación tradicional, o incluso una OPV, la empresa ofrece al mercado no acciones sino ‘tokens‘, y sus inversores pagan con monedas digitales, como ‘bitcoin’. Todo, a través de blockchain. Y se está convirtiendo en un método de financiación que alcanza cifras importantes: entre marzo de 2016 y marzo de 2017 distintas startups recaudaron más de 300 millones de dólares mediante ICOs.
Los tokens son una nueva herramienta de inversión a través de blockchain, tan arriesgada como sugerente. Es el mercado el que tiene que aprender a utilizarla con sabiduría.Los riesgos de invertir en estas ICOs son evidentes. Mougayar insiste en la falta de transparencia: las compañías que se lanzan a una ICO (y que de momento son recibidas con alborozo por el mercado) no se apoyan en las métricas financieras tradicionales (PER, ebitda, ingresos netos…), sino en una promesa futura: “Aunque todos estos proyectos se ven como la próxima ‘bitcoin’ o Ethereum, de la misma forma que las startups más convencionales sueñan con ser el próximo Google o Facebook, muchas ICO parecen simples aplicaciones o soluciones tecnológicas. Tienen todavía que demostrar que detrás hay ingresos reales o modelos de negocios viables”.
NFT en la industria de los videojuegos: no es tan divertido
Los géneros de videojuegos online como MOBA (Multiplayer Online Battle Arena, por sus siglas en inglés), o MMORPG (Massive Multiplayer Online Role-Playing Game) no son ajenos a la propiedad de objetos únicos, píxeles que valen miles y otros coleccionables digitales. Desde los juegos comunes hasta los legendarios, por los que te ganarías el respeto de tus compañeros de equipo, que pasan miles de horas al año en el juego. Sería justo decir que muchos aspectos del mundo actual de los NFT se utilizaron desde principios de la década de 2000, cuando los juegos en línea se convirtieron en una gran industria, e incluso ahora la industria de los videojuegos en línea con coleccionables digitales continúa su crecimiento, especialmente porque se considera como una fuente de ingresos masiva para los editores y desarrolladores de juegos como EA Sports (NASDAQ: EA), Ubisoft (BATS EU: UBI), Activision Blizzard Inc (NASDAQ: ATVI), y muchos otros como Valve o Riot Games, por ejemplo.
Algunas de las empresas mencionadas no solo son desarrolladores y editores de juegos, sino que también ofrecen servicios de distribución digital de videojuegos con un mercado incorporado, en el que los jugadores pueden intercambiar, comprar y vender sus objetos o coleccionables del juego para toda una variedad de videojuegos diferentes. Las prendas virtuales, las armas e incluso las líneas de voz de los personajes del juego son objetos coleccionables habituales en estos mercados de juegos en línea. Es bastante fácil establecer un paralelismo con el entorno de los NFT y los mercados.
Imagina que cada NFT es utilizable en el juego como personalización del personaje (cosméticos) que no puede ser pulsado con el botón derecho y copiado, adquirible en el mercado secundario que está regulado y optimizado para los jugadores específicamente por el propio editor del juego que es rápido, seguro y con millones de usuarios. Suena como un sueño de fantasía, y lamentablemente lo es.
Múltiples servicios de distribución digital de videojuegos ya han prohibido y retirado de su plataforma los juegos que implican NFT. Algunos especularon que esto se hizo con el fin de monopolizar y adoptar el mercado actual de juegos para la adopción masiva de NFT, sin embargo, lo más probable es que no sea el caso. Por la propia definición, NFT es el token que demuestra la propiedad de cierto activo digital con el uso de la tecnología blockchain. Aquí viene el primer problema; los bienes virtuales siguen siendo propiedad de las plataformas de mercado que, por supuesto, son elegibles para usar, comprar, vender dentro de su mercado.
Incluso, no es un problema si se pone la plena confianza en una plataforma que sea propietario técnico de “su” NFT de juego, la siguiente pregunta sin respuesta golpearía el miedo en los corazones de los que son conscientes de ello. Guerras de gas. Si la caída de la recaudación de 10,000 NFT hace que los acuñadores paguen cientos de dólares de más por cada acuñación, entonces este proceso y distribución para los mercados con millones de usuarios diarios parece un rompecabezas sin solución.
Además, ¿cuántas de estas empresas tratarían con cripto como método de pago para su producto? De hecho, parece muy prometedor y el potencial de la tecnología blockchain en la industria del juego aún no se ha descubierto del todo. Pero las regulaciones y la naturaleza volátil del propio mercado podrían ser las que ralentice el proceso de adopción masiva de NFT para juegos. Algunas plataformas como Epic Games están abiertas a dejar que los juegos que utilizan la tecnología blockchain y las NFT estén en su tienda de PC, mientras que también critican abiertamente a la industria de las NFT.
Lo que nos deja con más preguntas: cómo, cuándo y dónde se implementará. Los nubarrones de la incertidumbre y la duda en la industria del juego se acumulan sobre las NFT y su futuro en el mundo de los juegos online. Sin embargo, para los verdaderos jugadores, es solo ruido. Las principales razones para jugar a los videojuegos en línea fueron siempre encontrar personas afines que disfrutan pasando el tiempo en mundos de fantasía, compiten entre sí y se divierten al final del día, y no para coleccionar activos digitales con el fin de comprarlos y venderlos para obtener beneficios. ¿Pero será así en un futuro?