Cómo distinguir el marketing multinivel (MLM), el Network Marketing (NM) del fraude piramidal
Promesas imposibles de cumplir, plazos utópicos y una idealización que arrastra a más de una víctima. El temido fraude piramidal no siempre es fácil de identificar y en ocasiones se confunde con el marketing multinvel.
¿Por qué sucede esto? Aunque no todas las estrategias comerciales caen en la ilegalidad, algunas sí se dejan tentar. Al mismo tiempo, beneficiarios del esquema de Ponzi venden sus artificios como marketing para pasar desapercibidos.
El origen del embrollo
Aunque los llamados «vendehúmos» siempre han existido, el fenómeno piramidal no fue reconocido como tal hasta la aparición en la escena empresarial de Carlo Ponzi.
Este «empresario» italiano fue autor de una de las estafas más recordadas de la historia. Un fraude que consistía en pagar a inversores con el dinero de otros inversores.
Es decir, cumplir lo prometido con ciertos partícipes a costa de lo que otros han depositado esperando lo mismo de unos terceros. Y así sucesivamente.
Ponzi aseguraba a sus clientes que podía pagarles un 50% de beneficios en tan solo 45 días, o un 100% en el doble de tiempo. En último termino era solo el propio Carlo quien se lucraba.
Lo único que debían hacer era comprar sellos postales descontinuados en otros países para redimirlos a su valor nominal de Estados Unidos buscando una suerte de arbitraje.
Todo marchaba sobre ruedas, hasta que el sistema colapsó en 1919. Un economista se percató de que el empresario no invertía ni un solo centavo ganado en su compañía, y que los pilares que sustentaban todo eran ficticios.
Las personas implicadas, asustadas de poder perder todos sus ahorros, se precipitaron a retirar el dinero iniciando un efecto en cadena. Al final, los últimos en llegar no pudieron reparar el daño y se quedaron sin nada.
Fue un escándalo social de gran calado que volvería a repetirse, esta vez con otro protagonista, a finales de la década de 1990. La pirámide de Madoff demostró que el sistema todavía era vulnerable.
El esquema de Ponzi es solo uno de los muchos tipos de fraudes piramidales existentes que se han registrado a lo largo de las últimas décadas, especialmente tras la llegada de Internet.
Se dividen entre pirámides abiertas y cerradas, sin embargo, pasan por el mismo principio: prometer ganancias rápidas (más de lo invertido) a costa de captar a otros inversores y pagar tanto una cuota de entrada como una mensualidad.
«Su estrategia es generar un ambiente de confianza, convencen a las personas de que inviten a sus familiares y amigos«, explica el abogado penalista Aldo Cárdenas.
«Cuando los planes no funcionan y los afectados quieren buscar culpables, es imposible que entre seres queridos se demanden, por lo que la lucha se deja de lado y simplemente se olvida«.
En España se hizo especialmente popular hace una década el esquema tipo «flor de la abundancia»; un sistema de financiación rápida que se alimenta de grandes regalos entre los participantes.
Uno pone una cantidad de dinero, y recibe más proporcionalmente de otros participantes. La insostenibilidad en términos geométricos hace colapsar al sistema cuando una pieza se echa hacia atrás.
Marketing Multinivel (MLM)
Hay quienes identifican al Marketing Multinivel como una simple forma más de estafa piramidal, debido a la lógica que sigue para generar beneficios.
Y es que, en una estrategia de MLM se busca crear una red de socios vendiendo un producto y captando fidelidad a través de promesas futuras.
Un cliente compra, y se le da acceso a un programa de beneficios por captar a nuevos clientes. Estos últimos normalmente suelen ser amigos, familiares o conocidos cercanos.
¿Qué es lo que obtienen a cambio? No solo lo que generan ellos por vender, sino también lo que facturan el resto de participantes, en un porcentaje que va creciendo según la posición dentro de la jerarquía.
Según crece la red mejora el posicionamiento del producto, su alcance y la facturación asociada. Todo ello propensa un aumento de la motivación de los vendedores, y se genera sí un feedback continuo.
¿Por qué se confunde con la estafa piramidal?
Aunque el objetivo y trasfondo sea diferente, en apariencia el marketing multinivel y la estafa piramidal son muy similares:
- Promesas de beneficios rápidos.
- Obsesión por el reclutamiento de vendedores.
- Manipulación emocional.
- Obscurantismo en torno al flujo de trabajo interno.
- Refuerzo del entusiasmo y la devoción a través de mecanismos sectarios.
Ahora bien, todo esto no equipara a una y otra técnica a nivel legal. En España, el sistema piramidal es considerado fraude.
El marketing multinivel, sin embargo, está recogido como práctica de negocio válida según la Ley 7/1996 de 15 de enero, y los artículos 22 y 23 de Defensa del Consumidor y Usuario.
Que sea válida no quiere decir que sea práctica para alcanzar la tan deseada libertad financiera. De acuerdo al estudio Network Marketing Market Report, este tipo de negocios han generado 1.500 billones de dólares desde 2009.
Los beneficios, en cambio, reflejan un índice de fracaso del 47% para aquellos que abandonan la red, y un 27% de pérdidas generalizadas durante los dos primeros años de participación.
Algunos estudios sitúan la tasa de fracaso para los vendedores en el 99,5%, haciendo del MLM una estrategia avocada a la implosión natural.
Principales diferencias: separar al marketing multinivel del fraude
Basta con mantener una actitud precavida para identificar el engaño cuando se está produciendo. Esto suele funcionar porque los autores piramidales destilan desconfianza o cometen algún tipo de error.
Eso sí, la máxima que enciende la alerta siempre debe ser la obsesión de la captación por encima de la venta.
A nivel formal existen diferencias entre un método y otro. La referencia para protegerse puede ser el análisis material si el caso no está del todo claro.
Productos vendidos
En la pirámide se tiende a comerciar con productos o servicios ilícitos, confusos o dudosos. A las preguntas se responde con excusas y retrasos.
En el marketing multinivel la venta también sirve de gasolina para el crecimiento, pero suele existir un producto concreto, con unas características y ventajas definidas. De hecho, se jactan de la calidad de lo vendido para atraer a más participantes y aumentar las ventas.
Barrera de entrada
Al funcionar con intereses ficticios, el negocio piramidal se ve obligado a solicitar cuotas de entrada muy elevadas para los participantes. Con este dinero se activa el mecanismo especulativo.
La estrategia MLM suele imponer cuotas de entrada muy atractivas, precisamente para captar al mayor número de vendedores posibles. Aquí los participantes son socios y no solo inversores.
Tributación
Al estar recogidas por ley, las empresa multinivel deben declarar lo que facturan a Hacienda. De por medio en sus transacciones han de haber facturas justificantes de cada venta.
Además, el pago de comisiones está reglado por el marco legal de cada país en el que operan los vendedores. ¿Qué sucede en una pirámide?
Ni impuestos ni facturas ni ningún otro rastro que pueda servir como sostén de monitorización para el fisco. Los delincuentes tienden a declara los beneficios como donativos para no pagar impuestos.
Retribución
En una pirámide el beneficio a repartir sale de lo ingresado por todas las cuotas de entrada solicitadas, siendo los más antiguos quienes más reciben. No hay así relación entre desempeño y beneficio.
No importa cuánto se aporte ni cuánto esfuerzo se haga, porque la promesa se sustenta en la pasividad absoluta.
En una empresa multinivel la comisión proviene directamente de lo vendido, más un plus que ofrece la red de comercialización. Cuanto más se vende, más se obtiene.
Tiempo de espera
Si bien en ambos sistemas se prometen grandes ganancias, la diferencia está en los plazos ofrecidos a los participantes.
En la pirámide los inversores habrían de multiplicar exponencialmente su dinero en cuestión de semanas. La empresa de marketing multinivel nunca esgrimirá tal cosa, optando por prometer a medio y largo plazo.